Tino “el Roxu”, rememora su paso por la Expo’92.
LA SIDRA.- Este año se cumplen 25 años de la Exposición Universal de Sevilla, bautizada como “La Era de los Descubrimientos”.
En aquel año, Asturias presentó un pabellón con lo más representativo de la cultura asturiana, desde su color verde a osos móviles que subían y bajaban por las columnas laterales y una amplia exposición fotográfica.
Y cómo no, allí no podía faltar una sidrería con Florentino Mañana (Tino “el Roxu”), el escanciador más famoso de todos los tiempos, al frente.
Sus escanciados se convirtieron en toda una atracción para los visitantes, llegando a subirse a la barra con ocho vasos: cinco en su mano y brazo, uno en cada pie y otro en un bastón sujetado con la boca.
Desde las 11 hasta las 2 de la mañana, la sidrería estaba llena, con Pedro Morán (Casa Gerardo) y Ramón González (El Máquina) al frente de la cocina, la gestión y el aprovisionamiento del recinto, que contaba con un lujoso restaurante en la planta 0.
Durante seis meses, cada día se vendían entre diez y doce potes de fabada, 300 raciones de arroz con leche y hasta 126 cajas de sidra para atender a los tres millones de personas que visitaron el pabellón.
A pesar de los altos precios, tanto de la sidra como de los platos, la competencia era más cara y no ofrecía el espectáculo de escanciado del “Roxu”.
Muchos famosos acudieron a la cita asturiana, desde un joven Príncipe de Asturias de 24 años, hoy convertido en Rey de España, hasta la cantante Massiel, el presentador Carrascal o el ciclista Pedro Delgado.
Tras las largas jornadas de trabajo, Tino subía hasta la azotea del edificio, desde donde contemplaba el espectáculo de luz y sonido del lago, la plaza de América, la esfera bioclimática, el Palenque, las réplicas de los transbordadores espaciales, la Cartuja y las Carabelas del Descubrimiento.
Hoy, a sus 68 años, Tino “el Roxu” disfruta de su jubilación, con su partida de bolos diaria y bebiendo sidra a la hora del almuerzo y la cena.