La sidra achampanada comenzó a fabricarse en Asturias en el siglo XIX para ser exportada al comercio de ultramar.
LA SIDRA.- La sidra espumosa o champagne no es nueva en Asturias. Y aunque algunas de las marcas más conocidas aún siguen en activo, como El Gaitero o Mayador, otras han quedado en el recuerdo en forma de preciosa publicidad antigua, tanto en carteles y etiquetas como en azulejos.
Así nos encontramos con la sidra Vereterra y Cangas, de Gijón, ciudad que dedicó una calle a su fundador Zarracina en 2001 y cuya fábrica era proveedora de la Casa Real.
El Hórreo, la gran sidra champagne de Colunga, patrocinó al Gaitero de Libardón en sus inicios internacionales en la Expo de París de 1900 y a “starlettes” extranjeras de moda como Lorraine Dreux.
Algunas marcas llevaban como nombre el gentilicio del pueblo del fabricante, como La Polesa, La Camuñesa, La Praviana o La Carbayona, que curiosamente se fabricaba en Gijón.
Una sidra que vinculaba su nombre a una ancestral tradición asturiana era El Guirrio de La Felguera, cuyo nombre recordaba al personaje más típico del Antroxu en los concejos de San Martín del Rey Aurelio y Langreo (también llamado sidro en Siero y Bimenes).
La monarquía astur también estaba presente en los nombres de la sidras champagne. Así lo vemos en la marcas Pelayo, Don Damián, Princesa de Asturias, cuyos dueños eran los de la cerveza El Águila Negra de Colloto, o Reina Victoria, de la Champanera de Villaviciosa y proveedora de la Casa Real durante años.
Otras empresas de este sector eran Industrias Cima, en Colloto, La Reina de Asturias en Grado, La Asturiana de Caravia o la muy reconocida El Oso en Avilés.
Y en Gijón abundaban las marcas de sidra champagne, tales como La Aldeana, El Cielo de Asturias, El Asturiano, La Belleza, La Providencia o El Musel.
Fuente: Revista La Piedriquina