Kristof Conan es productor de sidra y acaba de lograr un Prizioù. Desde las variedades de manzanas a las etiquetas de las botellas, usar el bretón es de rigor.
El jurado de los Prizioù se reunió el sábado 13 de enero en Carhaix. Estos premios están otorgados cada año a personas, asociaciones, empresas o instituciones que innovaron en bretón. En la categoría Empresas, Kristof Conan, productor de sidra de Plougastel-Daoulas, recibo un premio: trabaja en bretón y pega etiquetas bilingües en sus botellas.
Originario de Trégor-Goëlo, Kristof Conan se instaló con su esposa en el pueblo de Kerieven. Primeramente productor de fresas, plantó sus primeros manzanos hace unos diez años. Desde hace dos años, produce y vende su sidra bruta (y su zumo de manzanas) bajo la marca Cidre de Plougastel. “Una sidra hecha en casa y en bretón”, quiere especificar el productor.
“N’eo ket chistr avalou pin’”
Ahí, el bretón es de rigor. Las variedades de manzanas de sidra se llaman stang ru, karmerien, kroc’hen ki… Las etiquetas de las botellas están para la mayoría violetas. Un manzano estilizado, emblemático de la península, figura en ellas. Así como la inscripción « N’eo ket chistr avalou pin’ » que se traduce por “¡no es sidra de manzana de pino!”. Marca la pauta.
Idioma familiar
“Aprendí el bretón con mis abuelos y lo hablo todos los días con mis hijos. Hoy, el bretón está aprendido sólo en la escuela. Hay que sacarlo de este gueto y desarrollar su uso en la calle y en el trabajo.” Con sus amigos, durante el periodo de la cosecha y luego delante de la prensa, es en bretón que el zumo de manzanas empieza a burbujear.
Sus 7 000m² de superficie de producción permiten al productor embotellar entre 3 000 y 4 000 frascos de sidra bruta que él califica de “sidra afrutada”, ligeramente turbia porque poco filtrada y entonces más rica en materias, muy lejos de la transparencia de las sidras industriales. Sus botellas están sobretodos comercializadas en Plougastel (en las creperías, en el vendedor de vinos, en un gran tienda de jardinería…), y en casa, “¡por cajas de 12!”