Técnicos del Consejo Regulador analizan y certifican pumares y llagares para la nueva producción de la Denominación de Origen
LA SIDRA.- Es tiempo de recoger manzana y prensar los frutos para obtener el dorado mosto que luego se transformará en la bebida más emblemática de Asturies. Muchos llagares se encuentran ya en plena faena… lo mismo que el Consejo Regulador de la DOP Sidra de Asturies. Este se encarga de proteger la sidra asturiana amparada de la competencia desleal, imitaciones y cualquier infracción que afecte al producto con este sello de calidad, además de incentivarla y promocionarla. También, el El CR DOP es el organismo de control y certificación que, de acuerdo con el artículo 10 del Reglamento CEE 2081/92, se encarga de garantizar que los productos protegidos por la Denominación cumplan los requisitos establecidos en su Reglamento.
“Del mismo modo que las pumaradas, también los llagares deben cumplir unos parámetros de calidad para inscribirse en la DOP. Instalaciones, licencias y el estado sanitario son regularmente controladas por el equipo técnico. Ni que decir de los trasiegos o los embotellados. Pero además de todo esto, el control documental es parte imprescindible. Todos los elaboradores están sujetos a un exigente control de trazabilidad. Así se puede saber, por ejemplo, qué variedades y de qué cosecheros proceden las manzanas con la que se ha elaborado cada una de las botellas de ‘Sidra de Asturias’” explica el presidente del CR DOP Sidra de Asturies. La próxima semana, en el número 179 de la revista, publicaremos un extenso reportaje sobre los controles que realiza la DOP para obtener “la mejor sidra” del país.