Daniel Ruiz, gerente del Consejo Regulador desde 2016, aborada los principales problemas por los que atraviesa el sector y explica el espaldarazo que supondría para la DOP que la cultura sidrera fuese reconocida por la Unesco
Cada año se superan las contraetiquetas de sidra DOP del anterior, pero parece que cuesta alcanzar la barrera de los cinco millones, ¿cómo cree que se puede conseguir ese impulso definitivo?
Cada vez más, los consumidores demandan Sidra de Asturies porque garantiza el origen asturiano de la manzana y una altísima calidad y esto solo pasa con la sidra DOP. Recordemos que se han triplicado los consumos DOP en los últimos seis años y la percepción en el mercado es de mucha calidad.
Este verano hemos lanzado una campaña promocional que lleva por título: «Esta etiquetina ye muy grande», por todo lo que hace por los cosecheros asturianos, creando riqueza y empleo en la región, por la sostenibilidad del paisaje… El objetivo es potenciar la diferenciación con el resto de sidras naturales a través de una gráfica muy directa y visual. El protagonista es el verde, el color de la sidra y de Asturies. Buscamos ligar Sidra de Asturies, la etiquetina y que el retorno económico quede en Asturies.
El mayor impulso sería que los consumidores tomasen “sidra con corazón asturiano, es decir, con materia prima autóctona”. De esta forma los cosecheros estarían encantados y los llagares también.