Cada vez es más frecuente menear la botella de sidra antes de abrirla ¿es normal?
LA SIDRA.- Al menear la botella, lo que hacemos es batir la sidra y mezclarla con los posos que están en el fondo de la botella. Es por ello por lo que esta costumbre no es adecuada nada más que para la sidra que lleva poco tiempo embotellada o muy tratada químicamente, esto es, que tenga pocos fermentos, en cuyo caso es posible que al batirla se intensifique su sabor.
Sin embargo, en el caso de la sidra reposada, que lleva un tiempo embotellada, el líquido está claro y transparente y los posos depositados en el fondón son muchos, llegando a ser auténticas «telas», en cuyo caso lo que hay que hacer es precisamente lo contrario, procurar no menear la botella para que los fermentos no se mezclen con la sidra, y no formen grumos ni le aporte el sabor poco agradable que le es propio.
Hoy día la sidra que se vende en las sidrerías es general sidra recién embotellada, con lo que al menear la botella es posible que se intensifique su sabor. Si embargo, hasta hace bien poco, la sidra más apreciad era la sidra añeja, esto es, la que lleva embotellada más de un año, en cuyo caso suele tener muchos fermentos residuales, auténticas telas, y por ello se tenía mucho cuidado no menear la botella, y se dejaba sin tomar lo último de la misma, porque era donde quedaban los fermentos. De ahí viene la costumbre de no tomar lo último de la botella y dejar siempre un resto, porque era donde quedaban los fermentos… curiosamente esta costumbre -el dejar el fondo de la botella- sigue manteniéndose incluso cuando la sidra está recién embotellada y al menear la botella ya no quedan fermentos en el fondo de la botella.