La apertura de la barra de los chigres se nos presenta este mes como un paso de gigante hacia la normalidad tras unas disposiciones sanitarias que se han cebado especialmente con la hostelería, y que han tenido un efecto desbastador para el conjunto del sector sidrero.
Lo cierto es que por difíciles que hayan sido las circunstancias, siempre ha existido una alternativa que pudiera hacer viables, de una u otra manera, los eventos relacionados con el mundo de la sidra. Concretamente, a finales del mes pasado se celebró la Fiesta de la Sidra Natural de Xixón con muchos recortes de actividades –entre ellas el mítico escanciado simultáneo-, pero se realizó; y en Villaviciosa acaban de celebrar su XXVII Concurso de la Sidra, en situaciones más normalizadas, y con triunfo de la sidra de Cabueñes DOP, a quien aprovechamos para felicitar.
Ahora mismo los ojos están puestos en la próxima celebración del XI Salón Internacional de les Sidres de Gala, que tras su celebración online/semipresencial en la anterior edición, este año recuperará en buena medida su programación habitual, y en algunos sentidos se ampliará. De hecho, este año se rescata la Cata Abierta al Público, si bien únicamente en horario de tarde y con aforo limitado, el Jurado Internacional contará con dos sesiones para realizar sus catas y deliberaciones, y por primera vez se programa una jornada de Catas Guiadas de participación abierta al público.
Se trata de una apuesta fuerte, que ha ido tomando forma en un tiempo en el que la pandemia alcanzaba una importante incidencia a nivel internacional, y cuando parecía difícil conseguir esta media normalidad en la que ahora nos hallamos. Pese a todo, tanto la organizadora de este evento-la Fundación Asturies XXI-, como los propios llagareros, han sabido sobreponerse a las circunstancias y planificar para que ahora pueda realizarse esta XI edición del Salón Internacional de les Sidres de Gala que contará con amplia presencia internacional.
Por lo demás, si todo continúa evolucionando como se espera, las sidrerías volverán a ser ese núcleo de actividad y de interrelación social que hasta ahora se había visto tan limitado.
Da gusto ver las pomaradas cargadas de manzana. Hay mucho que mayar y, si todo sale bien, mucha sidra para disfrutar.