Excepcional, este mes esta siendo –en términos sidreros- excepcional, con una enorme cantidad de eventos en los que la sidra es la protagonista principal y una infinidad en los que es compañía obligatoria.
Destacar la Fiesta de la Sidra de Xixón, pero también la de Villaviciosa, próximamente Xixón de Sidra y, el evento que hace de Xixón la capital mundial de la sidra, el Salón Internacional de les Sidres de Gala (SISGA), y por supuesto los concursos de sidra casera, un auténtico fenómeno social que va a más y que constituye toda una expresión de la vitalidad de la cultura sidrera asturiana.
No se trata únicamente de que cada vez haya más concursos de sidra casera, ni que cada vez sea mayor el número de participantes, es que se detecta un interés y un seguimiento importantísimo de estos eventos, que queda reflejado en su alto poder de convocatoria popular. Por otra parte también se observa cómo junto a los llagareros de toda la vida, van apareciendo llagareros más jóvenes; llagareros y llagareres, y este es un fenómeno a destacar.
Los concursos de sidra casera son una auténtica experiencia en la que podemos recordar viejos sabores y encontrar otros nuevos, precisamente en unos momentos en los que la sidra industrial cada vez es más homogénea y estandarizada. Sí es cierto que se echa de menos en estos concursos una mayor variedad. ¿Qué pasa con la sidra de espolleta, una modalidad de sidra tradicional que por algún motivo no se tiene en consideración? ¿y de las nuevas sidras? La cultura asturiana de la sidra tiene el suficiente vigor para mantener las formas tradicionales y al mismo tiempo desarrollar formas nuevas. No hay que autolimitarse.
Por lo demás, seguimos con la preocupación de ver que este año hay poca manzana. De nuevo la vecería, que incomprensiblemente no se acaba de solucionar. La vecería y la ausencia de planificación, y más concretamente de un Plan Estratégico para la Sidra y la Manzana. No podemos seguir con el descontrol existente, origen de arbitrariedades y de redes clientelares. Necesitamos saber cuánta manzana consumimos, cuánta producimos, ver cuál es la diferencia, y planificar una estrategia que nos lleve al autoabastecimiento. Es urgente.