Editorial
Finalizó setiembre con la celebración del noveno Salón Internacional de les Sidres de Gala –SISGA-, en el que no solo se incrementó de forma notable su duración y la presencia internacional, sino que resultó especialmente positivo para los llagares asturianos, distinguidos con Premios SISGA por un jurado internacional en el que poco más de un 10% de sus integrantes eran asturianos, y que no ha dudado en distinguir a la sidra asturiana por su calidad. Nuestra enhorabuena a los llagares Viuda de Angelón, Riestra, Panizales, Paca y Tola, Cortina, Pomaradas de Sariegu y Bodega La Rionda por las distinciones conseguidas, y nuestro agradecimiento por haber mantenido tan alto el pabellón asturiano.
Con el buen sabor de boca por este exitoso SISGA, pasamos a la ya mítica celebración de Xixón de Sidra, evento también único en su especie y que combina acertadamente sidrerías, llagares y gastronomía. Una referencia obligada con cada vez mayor repercusión social y que permite tener acceso a sidra de muy buena calidad y de muchos llagares que no siempre es facil encontrar en el mercado, todo ello sabiamente combinado con propuestas gastronómicas destacadas que en munchas ocasiones podríamos considerar de alta gastronomía.
Y mientras aún se celebra este evento, Villaviciosa reclama nuevamente su capitalidad manzanera y celebra con éxito su XXXII Festival de la Manzana, y al poco tiempo el Premiu Mundo Collada, el concursu de sidre casero asturiano, un auténtico placer para los amantes de los sabores auténticos y reflejo fiel de la vitalidad de la cultura asturiana de la sidra. Y por si aún no fuera suficiente, la Bona Confradería de Siceratores d’Asturies celebra en Nava su V Capítulo con una destacada presencia internacional y un programa de primera categoría.
Como contrapunto a tan halagüeñas noticias, la Asociación de Sidra Asturiana ha perdido en los tribunales su recurso reclamando la botella de sidra asturiana, pérdida motivada principalmente porque a quien le correspondería reclamar este patrimonio sidrero asturiano no es a una entidad privada, sino al propio “Principado”, como representación del conjunto de los asturianos, y cuya dejación de funciones también en este caso, vuelve a salirnos caro a todos los asturianos.