En estas fechas de celebración navideña, la sidra asturiana pasa un auténtico examen. ¿Conseguirá estar en las mesas de los asturianos en el lugar y el posicionamiento que le corresponde? Esto afecta a la sidra natural y la achampanada de toda la vida, pero sobre todo a las nuevas formas en las que ha ido evolucionando en estos últimos años. ¿La sidra brut presidirá las mesas en lugar del champán o el cava? ¿Habrá espacio para las sidras de hielo, los licores de sidra, el aguardiente de sidra?
Es una prueba importante, porque si queremos que estos productos tengan futuro y proyección exterior es preciso que primero sean asumidos como propios por los asturianos, y que se les reconozca, en casa precisamente, el valor y la calidad de los mismos.
Es cierto que poco a poco va consiguiéndose que las nuevas expresiones de la sidra se integren como parte de nuestra cultura sidrera, y sean consideradas como la evolución lógica de nuestra sidra tradicional. Pero cuidado, porque tan peligroso resulta identidad sin evolución como evolución sin identidad, y si las nuevas sidras asturianas se definen como Spanish Cider, que nadie se extrañe si luego los asturianos no las identificamos como propias. ¡Nosotros, que desde el siglo XIX llevamos exportando sidra por medio mundo con el marchamo de Sidra Asturiana!
Por otra parte, finalizamos el año como llevamos finalizando tantos otros, sin solucionar el problema de la manzana; cuando no sobra, falta, y la importación de manzana y mostos estabilizados de toda Europa acaba siendo norma.
Es cierto que en estos últimos tiempos cada vez se toma con más seriedad esta cuestión, tanto por los cosecheros como por los llagareros, y que la misma existencia de la DOP Sidra de Asturies ha contribuido a reivindicar la manzana asturiana y la importancia de su cultivo, pero queda mucho por andar.
Precisamente por eso tenemos que felicitarnos, porque parece que por fin el “Principado” ha asumido la necesidad de realizar un Plan Estratégico de la Sidra y la Manzana, porque ese Plan va a ayudar a mejorar la situación, aunque solo sea porque por fin sabremos cuanta manzana y cuanta sidra se produce, y porque las políticas al respecto serán conocidas y sus resultados podrán ser evaluados, y con ello se espera que las “ocurrencias” y las redes clientelares institucionales puedan ser controladas.
En cualquier caso, desde LA SIDRA queremos hacer un brindis a todos nuestros lectores, amigos y colaboradores, y queremos hacerlo con nuestra sidra. ¡¡Felices Fiestas y próspero año 2019!!