Los coleccionistas de etiquetas de sidra preocupados por las falsificaciones.
LA SIDRA.- El mundo del coleccionismo de etiquetas de sidra está en shock. Desde hace años, aparecieron diseños que nadie tiene, pero ¿de donde salen? Miguel Ángel García –Gelu-, fundador y primer presidente de SidrAstur, autor del único catálogo de etiquetas existente uno de los mayores coleccionistas de etiquetas del país, lo tiene claro, ya que es consciente de que “se hacen pequeñas trampas cambiando un nombre y un número, que, en realidad no va a ninguna parte, pero estropean la esencia del coleccionismos”. Además, este tipo de etiquetas se venden por internet y aunque “no supone ganar mucho dineros, están poniendo en el mercado etiquetas falsas”.
Gelu, que cuenta con unas 2.000 etiquetas de casi un centenar de llagares, comenzó hace una década a catalogar su colección, indicando junto a cada diseño un código cuyas tres primeras letras identifican al llagar, las dos siguientes la marca y, por último, aparecen las letras DO si pertenecen a la sidra con Denominación de Origen Protegida. No es complicado conseguir etiquetas de los llagares, ya que “cuando saca una nueva, se contacta con ellos y jamás tuvimos problemas para que nos las manden”.