Esti negociu, asitiáu en Verdiciu, cumple vente años dende que Yolanda Granda y la so má, Pilar Granda, decidieren conviertir una granxa familiar nuna sidrería restorán que destaca pola so esquisita gastronomía y por escelentes vistes al mar Cantábricu.
LA SIDRA.- Parece que fue ayer, pero ya han pasado veinte años, concretamente el pasado 7 de mayo, desde que Yolanda Granda y su madre, Pilar Granda, decidiesen convertir una cuadra familiar en un negocio de hostelería que, dos décadas después, se ha convertido en todo un referente de la gastronomía asturiana. Y lo que les queda, ya que la saga continúa y el hijo de Yolanda, Illán Vega, ya les están echando una mano en la sidrería. Ubicado en el pueblo gozoniego de Verdiciu, en la carretera que va de Avilés al Cabo Peñes, la finca está emplazada en un espectacular entorno rodeado de verde por todas partes y con vistas al Cantábrico.
La Fustariega apuesta por la tradición, con unos sabores y aromas que trasladan a los clientes a la cocina asturiana de antaño, en la que destacan sus pescados recién salidos del mar, pudiendo degustarse tanto en guisos, como a la plancha, en parrilladas o al horno, sobresaliendo por encima del resto, el virrey, aunque también son muy demandados el xargo, la merluza, la lubina y el mero, así como los mariscos. Está claro que cualquier elección es buena, incluidas las tapas. Los platos de cuchara también hacen las delicias de los comensales, desde la clásica fabada hasta el repollo con almejas. Sin olivarnos de su exquisito arroz con bugre o su paella de marisco. Para acompañar, la mejor opción es una buena sidra, de Peñón, Alonso o Trabanco d’Escoyeta. Los postres, todos caseros, se caracterizan por su jugosidad y frescura, brillando por encima del resto la tarta de queso y el arroz con leche.