Avanza la primavera, y cada vez tenemos más ganas de que todo vaya normalizando. Esa es la situación general de la sociedad, y por supuesto del sector de la sidra.
Después de muchos meses de resistencia, de adaptación, de ajustar lo poco y lo mucho y de generar ilusión y confianza por donde se puede, todos tenemos la impresión de que poco a poco las cosas van a ir mejorando y tenemos la esperanza de que este próximo verano la situación se normalice de alguna manera.
Mientras tanto seguimos reiventándonos, y la Primer Sidre L’Añu –PSLA- es una buena prueba de ello. La cultura asturiana de la sidra se adapta a lo que sea necesario y sigue expresándose hasta en las peores condiciones. Sidra Huerces ha quedado como la Meyor Primer Sidre L’Añu; la participación en todas las actividades de esta PSLA ha sido todo lo importante que podía ser; el Sidracrucis se impuso y triunfó por encima de las duras normativas sanitarias; y hemos podido comprobar cómo en plena pandemia se mayó sidra para casa, fermentándola en la forma tradicional en pipas de madera, y pudimos disfrutarla en el concurso realizado.
Por otra parte tenemos que destacar que por primera vez se ha tratado en el “Principado” del sector de la sidra de una forma seria y con alternativas concretas. La moción presentada por Adrián Pumares parte de una visión integral del sector de la sidra que incluye también a las sidrerías y cómo no, a los pumareros. Denuncia el abandono que hasta la fecha han venido sufriendo por parte del “Principado” a diferencia de lo que ocurre en otras comunidades autónomas, y recoge propuestas para hacer frente a cuestiones como la acumulación de sidra vieja en los depósitos de los llagares ante la nueva cosecha de este año, o la situación de los pequeños pumareros, planteando la cuestión fundamental en el aquí y el ahora del sector de la sidra y la manzana: la necesidad, la urgencia, de un Plan Estratégico específico.
Por lo demás, se nos alegra la vista cada vez que miramos para las pumaradas, cuando vemos los pumares cuajados en flor; y cuando llega a nuestro paladar la primera sidra de este año, ya comenzamos a pensar en lo que nos depararán los frutos en ciernes para la sidra del próximo.
Porque la vida sigue, la naturaleza avanza.