Editorial
Se cumple ahora un año desde el inicio de la pandemia que ha cambiado de forma definitiva nuestras vidas, y cuyo desarrollo y gestión han provocado en el mundo de la sidra una crisis sin precedentes en la que ha quedado de manifiesto la capacidad de respuesta, innovación y compromiso del conjunto del sector, frente a un “Principado” que lo ha dejado en la más absoluta orfandad y cuya dejación de funciones ha quedado en evidencia ante la actitud, ya no solo de otras comunidades autónomas, sino ante simples diputaciones provinciales.
Pero la vida sigue, y hemos visto florecer los manzanos, crecer sus frutos, se han pañado, mayado…. la sidra dulce ha estado fermentando en el llagar, y ahora, cuando de nuevo comienzan a florecer los manzanos, ya contamos con sidra nueva en los llagares anunciando un nuevo ciclo de la vida. La naturaleza no se detiene, y con ella todos nos unimos a ese ciclo interminable, precisamente en el momento en que para los amantes de la sidra se reinicia todo el proceso.
Por eso este año tiene más transcendencia que nunca la celebración de esta primera sidra, porque más allá de una celebración para el disfrute, es un canto de esperanza y confianza en el futuro, y es por ello por lo que la celebración de la Primer Sidre L’Añu adquiere este año una significación muy especial.
Cierto que será una Primer Sidre L’Añu muy distinta a las que estábamos acostumbrados, donde la aplicación de las medidas sanitarias del momento impedirá la celebración multitudinaria que es propia de esta primer gran espicha del año, y que habrá que recurrir a lo virtual más de lo que se quisiera, pero lo importante es la voluntad de continuar, de retomar el ciclo y volver paulatinamente a la normalidad. Se convoca el concurso de la Meyor Primer Sidre L’Añu, se celebrará un Sidracrucis muy peculiar, se realizará una cata guiada de las mejores primeras sidras, habrá concurso a la Meyor Sidre Casero Fecho en Maera, y la Asturianada y Sidre también estará presente.
Se reinicia un ciclo sidrero, se recuperará la normalidad, y la sidra nueva viene a recordárnoslo.
