EDITORIAL
Son estas fiestas un momento idóneo no solamente para desear felicidad a todos nuestros lectores y amigos, sino también para recomendar que se aprovechen las mismas para sacar el máximo rendimiento de la amplia oferta sidrera que ahora mismo podemos disfrutar.
Desde la sidra natural a la de nueva expresión, espumosa, licor, aguardiente… un mundo de posibilidades que permitirá que en nuestras mesas la sidra sea la protagonista indiscutible acompañando a buenos platos. Sidras que como tales, forman parte de la cultura sidrera asturiana, sean de donde sean, y que en el caso de ser del país, especialmente cuando la manzana también lo es, nos permiten practicar una economía identitaria más necesaria ahora que nunca para el desarrollo de nuestro tejido económico ligado a la manzana y la sidra.
Y estamos nuevamente de enhorabuena, porque acabamos de celebrar el 75 aniversario de uno de nuestros llagares más emblemáticos, Mayador, embajador de Asturies y de la sidra por todo el mundo, y que a día de hoy está presente con sus productos en los cinco contientes sin que en ningún momento haya renunciado a su propia identidad. Lo asturiano funciona, aquí y fuera, las empresas asturianas tienen sobrada capacidad para desarrollarse y expandirse pese a no recibir todo el apoyo que merecen. Esas no se “deslocalizan”, siguen generando riqueza y contribuyendo al bienestar de la sociedad que las vio nacer.
Y finalizamos el año con un recuento positivo, aún no hemos conseguido que el “Principado” deje de despreciar a la sidra en los actos oficiales, ni parece haberse avanzado nada en la tantas veces anunciada declaración de la cultura asturiana de la sidra como patrimonio inmaterial de la humanidad por la UNESCO, pero ya son muchos los ayuntamientos asturianos que han declarado a la sidra como su bebida oficial, hemos conseguido que sea declarada Bien de Interés Cultural en Asturies, y hemos consolidado significativamente nuestra presencia internacional. El SISGA es un referente obligado y nuestras sidras siguen triunfando por todo el mundo.
Nos gusta la sidra, como bebida y como identidad, nos encontramos unidos a ella y sabemos que apenas estamos comenzando a vislumbrar sus posibilidades de desarrollo a todos los niveles, y por eso es, como siempre, un placer desear las mejores felicitaciones posibles ¡Que 2015 sea el más sidrero de los años!
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