Editorial
Se consiguió, el SISGA ’16 recuperó para Asturies el protagonismo sidrero a nivel internacional, e hizo que Xixón se asentara firmemente como la capital sidrera mundial que es. La enorme potencialidad de nuestra sidra y nuestro país quedó de nuevo patente en unas jornadas en las que la participación internacional no solo fue importante, sino de una impresionante calidad y de una repercusión social enorme.
La sidra está viviendo uno de los momentos más felices de su historia, y Asturies está en condiciones de aprovechar ese momento poniéndose al frente del mismo tanto por historia, como por capacidad y calidad. En la medida en la que sepamos estar ahí y mantener una presencia y una identidad, el futuro será necesariamente a mejor. En el SISGA se está escribiendo una parte importante de la historia de la sidra, y estamos haciéndolo desde aquí, desde Asturies y en todo el universo sidrero.
Importantísima también la participación asturiana en Sicera 2016. La intervención como ponente de Donato X. Villoria en la Conferencia de la Sidra de Italia constituye todo un hito, un reconocimiento internacional de primera magnitud, que tiene que marcar una línea a seguir. La sidra asturiana y la cultura asturiana de la sidra tienen que estar presentes a todos los niveles, y ante la ausencia de un gobierno propio que asuma sus responsabilidades, la iniciativa y el esfuerzo personal y social también dan frutos.
Celebrar, cómo no, el éxito indiscutible de Xixón de Sidre. Nuevamente ha quedado demostrada la capacidad de la cultura asturiana de la sidra para superar las limitaciones propias de una bebida sin más, y ha conseguido constituirse en un auténtico fenómeno social. Ese es el camino, colaboración, organización y perspectiva socio-económica, todo un equipo ganador.
Por lo demás, son mayoría los llagares que han comenzado a mayar. Se espera una cosecha media, muy lejos de la del año pasado, y volvemos a preguntarnos cómo es posible que no haya una política decidida que fomente la plantación de manzanos de sidra para potenciar la DOP y para menguar la compra de manzana y mostos estabilizados en toda Europa. No es serio, el sector sidrero necesita una planificación con objetivos marcados a medio plazo que de respuesta a las necesidades del sector, y está claro que esa planificación no vendrá de la mano del “Principado”.