Espumosas brut, semisecas, dulces, de pequeño formato, en elegantes botellas… las sidras de gala están comenzando a vivir un nuevo desarrollo con interesantes apuestas por la diversificación y la calidad.
Partiendo de la tradición de la sidra espumosa –achampanada- que se elabora en Asturies desdeel siglo XIX, estamos abriendo camino en la difícil tarea de dar a conocer estos nuevos productos, en educar a la sociedad en sus virtudes y sus posibilidades de consumo, en potenciar su presencia en los estantes de los comercios y en las mesas de mantel.
La tradicional y arraigada botella verde tiene como compañera a la elegante botella achampanada y nuestro vaso de sidra convive con la estilizada copa. Ahora que se acercan fechas de celebración, estas sidras de gala tienen que ocupar el lugar preferente que se merecen en nuestras casas, con nuestros compañeros y amigos, para disfrutarlas conociendo las múltiples expresiones que presentan. Sidra, siempre sidra, con diferentes expresiones y diferentes características, pero tan nuestras como la sidra tradicional, evolución lógica de un producto que conserva el alma de nuestro país y la esencia de nuestra tierra.
Tenemos la esperanza de que este año las administraciones asturianas, el “Principado” especialmente superen definitivamente la militancia antiasturiana y en las celebraciones oficiales esté presente en primer plano nuestra sidra, porque a
estas alturas no es de recibo el reiterado desprecio que supone recurrir sistemática y exclusivamente al “vino español”.
De no ser así, apuntamos ese deseo para el año que viene, al lado de un compromiso con la declaración de la cultura asturiana de la sidra como patrimonio inmaterial de la humanidad, que tanto prometieron y tan pronto olvidaron.
Se necesita también una política de compromiso con el Muséu de la Sidre de Nava y con el sector sidrero, tanto llagares como cosecheros y la defensa de una normativa comunitaria para la sidra, para dejar de perder millones de euros en subvenciones que sí reciben otras bebidas para su promoción y desarrollo.
En cualquier caso, estas navidades que no falte la sidra en nuestras casas, que sea copartícipe de alegrías y buenos deseos; que ocupe el puesto que le corresponde y que nunca debió dejar de ocupar.