EDITORIAL LA SIDRA 135
La aprobación de la sidra como bebida institucional del Ayuntamiento de Xixón marcará probablemente el año sidrero, no solo porque este municipio sea el mayor y más dinámico de Asturies, sino porque esta declaración es la más completa de todas las que han venido aprobándose por los distintos ayuntamientos asturianos al contemplar una expresión práctica de tal declaración aportándole un componente socio-económico de primer orden al vincularlo a la imagen de la ciudad y a la promoción turística de la misma, lo que supondrá un mecanismo de retroalimentación que redundará en beneficio de los xixoneses en particular y de los asturianos en general.
Y sigue la actualidad de la sidra en Xixón, porque ya tenemos aquí a la Primer Sidre l’Añu, el evento sidrero más especial con el que se inicia la temporada sidrera asturiana y que recupera la primera sidra como un valor enológico y socio-cultural enmarcándose en la dinámica de las espichas tradicionales, donde todo gira en torno a la sidra del año y donde se expresa nuestra cultura de la sidra en toda su amplitud.
El Sidracrucis, la fervorosa procesión sidrera dispuesta a arrancar, y siempre con escasez de plazas para la demanda que hay. Otra forma de celebrar la semana santa, opta solo para los muy sidreros, que este año, al igual que la PSLA contará con sidra dulce y sidra sin alcohol, para facilitar la participación de abstemios y menores de dieciséis años.
Por lo demás, el “Principado” sigue dándonos dolores de cabeza, y si bien la aprobación definitiva de su “ley de drogas” amnistía parcialmente a nuestra bebida patria, acaba cediendo a las presiones de Madrid y prohibiendo el consumo de sidra hasta los 18 años, un absoluto sinsentido si se tiene en cuenta que la juventud asturiana tiene mucho menos problemas de alcoholismo que la española, por más que esta legislación fuera más restrictiva. El vicio de prohibir en lugar de la virtud de educar, y el servilismo endémico del “Principado”. Es lo que hay.
Y en fin, que está toda la sidra acabando de fermentar; y dicen los llagareros que este año mucho y bien, que la manzana era buena y el tiempo ayudó. Todo son buenas noticias, estupendas espectativas.
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