Maximino Suárez empezó, hace un año, a moldear con una navaja los corchos que acumulaba de las botellas que iba abriendo, de su propio llagar, para realizar diferentes figuras.
LA SIDRA.- Dicen que cuando uno es un manitas, suelen dársele muy bien todo tipo de manualidades. Y eso es lo que le sucede a Maximino Suárez, más conocido como Maxi. Este vecino de la parroquia xixonesa de Santuriu ha trabajado el hierro, la madera y, desde hace un año, el corcho.
Siempre atento y con muchas inquietudes, un día vio un escanciador hecho con corchos y pensó la manera de intentar mejorarlo. “Me llamó la atención y me puse a hacer uno y luego a la gente le gustó y fueron pidiéndome a ver si les podía hacer alguno”, apunta Maxi, al que, con paciencia y en el poco tiempo que tiene libre, le gusta coger la navaja y moldear cada corcho para dar forma a sus escanciadores o representar un llagar de los de toda la vida, en el que “no falta la pipa o el paisano mayando”. Reconoce que no es muy complicado, sobre todo, después de haber trabajado la madera. Una destreza que lleva años demostrando y que le ha servido para tener alguna de sus piezas expuestas en el museo que tiene la Asociación de Vecinos en las Antiguas Escuelas de Santuriu. Todo un artista.
La sidra está muy presente en su día a día, ya que tiene un pequeño llagar en su casa, hecho por él mismo en hierro y madera. “Suelo hacer el año que hay cosecha unas dos pipas y media de sidra para tener en casa e ir consumiendo”, señala.