Editorial
Advertíamos ya en el mes pasado de la progresiva dinamización del mundo de la sidra en estos meses, y ahora mismo, a las puertas del verano, se confirman las mejores perspectivas.
No se trata tan solo de la cantidad de eventos que se realizan y que se anuncian, se trata de la importantísima respuesta que están obteniendo. Comenzando por Gascona, siguiendo por las muchas jornadas y fiestas de la sidra, y finalizando por la DOP Sidra de Asturies, que presentará próximamente su Salón de la Sidra de Asturies, evento referencial en el panorama sidrero asturiano.
Aparte de todo ello, y hay que destacarlo, están comenzando las degustaciones y concursos de sidra casera, una actividad que sospechamos que este año va a dar un importante tirón, y que está consiguiendo que mucha gente joven tome el relevo en este arte desarrollado a lo largo de los siglos. Este va a ser un buen año para la sidra casera, porque es año de cosecha, y siendo así es más fácil que la gente se anime a poner nuevamente en marcha el llagar de casa. Merece la pena.
Por otra parte, han pasado las elecciones asturianas y no hemos visto ninguna propuesta ni planteamiento sobre el sector de la manzana y la sidra. Parece imposible que dada su transcendencia económica, social y cultural, la sidra y la manzana hayan pasado totalmente desapercibidas en estas elecciones. Es inconcebible.
Felicitar, eso sí, a la DOP Sidra de Asturies por su anunciada campaña ‘Esta etiquetina ye bien grande’, y a la directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Begoña López, que con sus declaraciones “Con cada botella de sidra que se levanta, se levanta a Asturies”, ha sabido poner en valor la economía identitaria asturiana, la economía que, precisamente en estos momentos en que nuestro país está sometido a un proceso de desindustrialización sin precedentes, supone una garantía de supervivencia del medio rural asturiano y un punto de apoyo para que la juventud asturiana no siga viéndose forzada a emigrar.
Apostar por la sidra, apostar por Asturies. Sin duda.
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