Podemos hallar páginas de lagares asturianos tornadas al inglés, francés, alemán, portugués, polaco, sueco, chino, polaco ruso y ucraniano, pero no al asturiano
LA SIDRA.- Decía Wittgenstein, filósofo del lenguaje de origen austriaco, conocido por estudiar la relación del vocabulario con la vivencia de las personas que “el límite de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. En ese sentido, la pérdida de cada palabra, de cada concepto, hace más pobre el entorno al que toca.
En el caso asturiano la cultura sidrera, como no podía ser de otro modo, ha nacido, se ha desarrollado y se ha consolidado alrededor de un vocabulario propio, asturiano, que mencionaba conceptos únicos y propios, muy concretos.
En cambio, la represión lingüística padecía en Asturias durante décadas ha marcado la relación de los asturianos con su propio idioma, generando un complejo especialmente visible en el ámbito empresarial, donde la autonegación lleva a la destrucción de identidades y peculiaridades que, bien explotadas, serían con certeza rentables.