Los perjuicios económicos derivados del cierre y restricciones de la hostelería lastran la venta y la producción de de sidra, los elaboradores avisan de que, de seguir así, peligra la próxima campaña de manzana
LA SIDRA.- Esta sería la época del año en la que los llagareros profesionales deberían de estar inmersos en los trasiegos de sus depósitos de sidra, preparándose para la próxima temporada. Sin embargo, en muchos la actividad ha disminuido considerablemente. La incertidumbre sobre lo que sucederá en los próximos meses les preocupa.
En especial lo que pueda pasar con los chigres. Hay que destacar que el 86% de las ventas de la sidra natural se efectúa por medio de la hostelería, y ese eslabón de la cadena está en una profunda crisis debido a los cierres y a las restricciones por la pandemia. Las ayudas convocadas no tranquilizan al sector. Muchos propietarios claman que son insuficientes y que no impedirán que muchos negocios cierren definitivamente.
Además, la mayoría teme que el proceso de vacunación no vaya tan rápido como para poder salvar el verano. Y este motivo, entre otros, ocasiona que los elaboradores se muestren cautos en relación a su producción. Los pumareros, por su parte, avisan de que este año será de gran cosecha y se muestran preocupados porque intuyen que van a poder colocar menos manzana. De lo mismo avisan los llagareros, que ven que, de seguir así, no van a poder asumir toda la producción. Un artículo más extenso sobre esta cuestión se publicará en la revista LA SIDRA en el número 202 correspondiente al mes de febrero que está a punto de salir.